Esta importante vía de comunicación romana, construida hace dos mil años durante la colonización de la Península, unía las actuales ciudades de Milán (Mediolano) y León (Legio) a través de Tarragona (Tarraco) y Zaragoza (Caesaraugusta).

Tras entrar en la provincia de Burgos por Cerezo de Río Tirón y continuar hacia Briviesca (Virovesca), atraviesa tierras burebanas hacia el Alto de Rodilla. En realidad, desde la capital de La Bureba el trazado de esta calzada romana coincidía con el de la Vía Aquitana, que desde Burdeos se dirigía a Astorga (Asturica Augusta).

En el término de Fresno de Rodilla discurre junto al dolmen La Brújula, para dirigirse hacia la antigua ciudad celtíbera y luego romana de TritiumAutrigonum. A partir de este punto, la vía continúa -con el significativo nombre de Camino de los Romanos- por Quintanapalla (en cuyo término el recorrido se encuentra acondicionado y balizado) hacia el límite con Riocerezo, pasa junto a Las Mijaradas y Hurones y se encamina hacia el límite con Villayerno-Morquillas, donde atraviesa el río Morquillas para alcanzar la capital.

Como curiosidad, cabe apuntar que la propia denominación de la granja de Las Mijaradas procedería del término miliario, que designaba a los hitos que identifican la distancia de una milla en las calzadas romanas.

Fue la principal ruta jacobea entre los siglos X y XIII, aunque después fue perdiendo importancia en favor del Camino Francés. Tras cruzar la frontera francesa procedente de Bayona y San Juan de Luz, el camino atraviesa en sentido suroeste las provincias de Guipúzcoa y Álava para llegar a Miranda de Ebro y Pancorbo. A partir de aquí, discurre por Briviesca y deja La Bureba para ascender el Alto de Rodilla y unirse al Camino Francés a la altura de la iglesia de La Antigua, en Gamonal.

Por esta zona discurre la 12ª etapa (Monasterio de Rodilla-Burgos), de 28,5 kilómetros. En Monasterio, la existencia de un albergue de peregrinos municipal y de otros servicios de alojamiento y restauración favorece el desarrollo de la ruta.

Tras la llanura burebana, el camino asciende por el barrio de Santa Marina hasta el Alto de Rodilla y se interna en un pinar para coincidir en su recorrido con la Vía de Italia.

Cerca de Quintanapalla, el terreno vuelve a ser mucho más llano. La vía transita junto a la Dehesa de Quintanapalla, el campo de golf de Riocerezo y la granja de Las Mijaradas. Enseguida llega a Hurones y, tras dejar a su derecha Villayerno-Morquillas, entra en Burgos por el barrio de Villímar.

A partir de la narración del Cantar del Cid se articula este itinerario que permite acercarse a la figura de Rodrigo Díaz a través de su destierro. El recorrido se divide en diez tramos, con diversas variantes, con una longitud total de dos mil kilómetros por ocho provincias de Castilla y León (Burgos y Soria), Castilla-La Mancha (Guadalajara), Aragón (Zaragoza y Teruel) y la Comunidad Valenciana (Castellón, Valencia y Alicante).

El Camino del Destierro está señalizado como sendero de gran recorrido (GR-160). En Vivar del Cid se encuentra el punto de partida o Legua 0. Sin embargo, por su relación histórica y por las citas que aparecen en el Cantar, merece la pena desplazarse hacia el norte para visitar los castillos de Ubierna y Sotopalacios, así como los molinos harineros del río Ubierna.

Vivar muestra diversas esculturas que recuerdan el Camino y ensalzan la figura del Cid. Aquí se inicia un recorrido que conduce a Quintanilla-Vivar, para posteriormente dirigirse a la capital burgalesa y seguir los pasos del héroe castellano.

Cuando el emperador Carlos V (rey de España con el nombre de Carlos I) abdicó, recorrió un largo camino hacia su retiro definitivo en el Monasterio de Yuste (Cáceres). En aquel último viaje, desembarcó el 28 de septiembre de 1556 en Laredo para llegar a tierras burgalesas y pasar por Cernégula y Hontomín, donde pernoctó el 12 de octubre en una casa situada junto a la iglesia de San Lorenzo. Peñahorada, Sotopalacios y Vivar del Cid asistieron al paso del anciano emperador antes de que alcanzara la capital y continuara su camino hacia tierras extremeñas, donde moriría el 21 de septiembre de 1558.

Hoy, este último recorrido del emperador es el eje alrededor del cual se articula un itinerario cultural señalizado e interpretado para que los visitantes puedan conocer de primera mano cómo fue el penoso viaje de Carlos V hacia tierras extremeñas.

El Castillo y La Nava. Monasterio de Rodilla. 11,7 kms. 3h. El recorrido parte del casco urbano de Monasterio de Rodilla, pasa por la Ermita de Nuestra Señora del Valle y asciende hasta La Nava, un interesante espacio de más de 700 hectáreas formado por valles excavados por los arroyos de la Nava y Viguilla. La vuelta se efectúa por el Castillo y ofrece magníficas panorámicas.

Manantiales de Fresno. Fresno de Rodilla. 6,2 kms. 1h 30m. La localidad cuenta con numerosos manantiales, entre ellos la fuente del Pilón, en el propio casco urbano. Esta ruta permite recorrer las fuentes de Nuestra Señora, Taleja, los Huertos, Fuente Buena, la Olivilla, Encilga y Cachín. Además,  discurre junto al túmulo de La Brújula y por un tramo de la Vía de Italia.